Psicólogo Clínico - Neurocriminólogo
Cada día se hace más especifica la
intervención psicológica en los campos de justicia, pues si bien es entendido,
el ser humano se rige por su conducta, y en mucho de los casos la conducta
criminal puede formar parte de su repertorio conductual, por lo que siendo la
psicología una ciencia especializada permite la obtención del perfil
psicológico de un criminal, sirviendo esto como base ante un juzgado.
El programa V.E.R.A representa esta
iniciativa, de contemplar la relevancia del análisis psicológico de quienes infringen la ley, de acuerdo a la descripción, se trata de una herramienta basada en los
principios y conceptos de la psicología, la cual permite la elaboración de
hipótesis por el análisis de las evidencias de tipo psicológico que se pueden
inferir del hecho delictivo.
En este sentido, estas evidencias les permiten reconstruir el crimen cometido o crear hipótesis, ya que, en cierto modo, detrás de cada crimen queda ciertos reflejos que los autores los definen como vestigios psicológicos. Por tanto, clarifican estas evidencias como conductuales o psicológicas, las cuales son definidas como:
Aquellos vestigios psicológicos que quedan reflejados en el modo en que el agresor cometió sus delitos. Estos vestigios abarcan desde el tipo de víctima elegida, la elección de los lugares donde abordarla y consumar la agresión, el tipo y orden de heridas influidas o el modo verbal y no verbal en que declara ante los investigadores o el tipo de arma empleada. (Soto et al., 2014, p. 52)
Si bien estos vestigios parten de la interpretación
de evidencias físicas, justamente a los mismo se les asocia el contenido
psicológico que le caracteriza, sirviendo de herramienta para la descripción
del caso, los cuales pueden ofrecer información valiosa para descubrir la
verdad.
Pero tienen una desventaja y es que ante tribunales de justicias las evidencias físicas tienen más peso
probatorio que las psicológicas, debido a que estas se basan en inferencias,
por lo que su alcance se limita a ser contemplada como una herramienta de
investigación, pero no como una prueba per se (Soto et al., 2014).
Esto denota crudamente la poca confianza que
el sistema de justicia tiene ante el impacto de las variables psicológicas, si
bien no es que se descuide la rigurosidad con la que se somete el sistema de
justicia como órgano de paz y regulador de libertad, sino que valore la riqueza
de los análisis psicológicos ante la comisión de un delito, pues, esto
permitiría reforzar las herramientas investigativas ante un hecho delictivo.
Como iniciativa se ha propuesto el método
V.E.R.A, una herramienta que se puede implementar en la investigación
psicológica de delitos violentos, tiene su foco en agresores desconocidos de
los cuales pretende elaborar un perfil psicológico de dicho agresor. La
denominación V.E.R.A proviene del acrónimo de los cuatros pilares en la que se
fundamenta el método; Víctima, Escena del delito, Reconstrucción del delito y, por último, Agresor (Soto et al., 2014).
La víctima como primer pilar incluye aquellos
datos que la individualice y permita comprender por qué fue ella la elegida. Se
toma en cuenta todos aquellos aspectos que permitan asociar todas las razones
que la vinculen.
La escena del delito representa el segundo
pilar, y se refiere al análisis espacio temporal de todos aquellos lugares que
de algún modo esté relacionado al hecho investigado. Al realizar el análisis de
este pilar, se toman en cuenta todos los detalles incluyendo la posible
idealización por parte del agresor, pues se valora rigurosamente el lugar de
abordaje del autor a la víctima, el lugar donde el hecho finamente fue
consumado y el lugar de abandono de la víctima, en el caso de que luego de
ejecutar el hecho la trasladarse como método de ocultamiento. Se generan
posibles hipótesis que busquen coincidir con la relación de los espacios
vinculados.
Por tanto, la reconstrucción como tercer
pilar hace referencia a recorrer todo el iter
criminis (camino del delito). Es por medio de este pilar que se busca
descubrir y definir las estrategias criminales operativas del agresor, su modus
operandi, rituales, escenificación y sello personal del agresor, esto desde el
punto de vista psicológico representa datos fundamentales para la describir el
comportamiento criminal del agresor.
Y como último pilar, está el agresor mismo,
quien es el autor intelectual del hecho delictivo. Al investigarlo se toman en
cuenta todos los datos que sean posible que permitan identificarlo y asociarlo
al hecho, por tanto, se parte de manera rigurosa de las descripciones físicas y
conductuales del mismo, justamente para contemplar qué se sabe y qué no del
autor, así poder identificarlo, y someterlo a la justicia.
A modo de recapitulación, el método V.E.R.A es una técnica que se utilizar para realizar perfiles psicológicos de aquellos
criminales que se desconoce su identidad, basado en la revisión y el análisis
riguroso de todos los pilares que le constituyen se generan hipótesis que
pueden servir de base para las identificaciones de quienes comenten el delito,
según el estudio ha demostrado tener buena fiabilidad interjueces, por lo que
lo hace confiable para su aplicación.
Para conocer más sobre el método VERA, consulte el articulo original indicado en referencia.
Referencia
Soto, J.E., González, H, y Pérez,
M.A. (2014). La investigación psicológica de los delitos violentos. El Método
V.E.R.A. Psicopatología Clínica, Legal y
Forense. Vol. 14 (51-78). https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6379123